
KONYA (TURQUÍA)
La llegada de la primavera ha traído a Turquía una de las mayores cantidades de agua en forma de lluvia de los últimos años, y Konya, que en los últimos años ha sufrido especialmente la sequía, no ha sido una excepción. El nivel del agua en muchas de las reservas y lagos de la región se ha visto incrementado, incluidos los lagos Tuz y Kulu -que el año pasado llegaron a secarse-, y los hermosos flamencos han regresado a la zona para ofrecer al visitante uno de los espectáculos más bellos de la naturaleza que puede verse en Turquía.

Los expertos siguen advirtiendo sin embargo que si no se toman medidas contra las causas que secan el Lago Tuz (que en turco significa literalmente "Lago de Sal") y sus aledaños -principalmente el cambio climático y las extracciones de agua para uso agrícola-, el que hasta hace poco era el segundo mayor lago de Turquía (después del Lago Van) podría desaparecer por completo en los próximos años y la zona convertirse definitivamente en un desierto de sal.
Según el gobernador de la localidad de Kulu, situada junto al lago, las aves están regresando también al Lago Tuz, que además ha visto mermado su nivel de contaminación gracias a una planta de tratamiento de aguas que ha sido recientemente inaugurada, y se está persiguiendo la caza ilegal en la zona. "El Lago Kulu y el Lago Tuz son los entornos naturales más importantes de Turquía. Nuestra principal responsabilidad es entregarlos a las futuras generaciones", dijo el gobernador Erkaya Yırık.
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