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viernes, 25 de marzo de 2011

El parlamento turco aprueba la intervención militar en Libia


La Asamblea Nacional Turca aprobó ayer jueves la contribución militar de Turquía en la intervención militar en Libia, que incluirá por ahora 4 fragatas, un submarino y un barco de apoyo, pese a que continúan las críticas desde el gobierno hacia la actitud de algunos miembros de la alianza.

Con la moción aprobada en el parlamento Turquía dispone de un mandato por un año para ayudar a la coalición internacional a aplicar la resolución de Naciones Unidas contra Libia, autorizando al ejecutivo a enviar tanto tropas como fuerzas aéreas y navales al extranjero en lo que la resolución califica como una "contribución multidimensional", aunque por ahora esa ayuda se limitará a 4 fragatas de la marina turca, un submarino, y un barco de abastecimiento, que Turquía ya tiene desplegados entre la isla griega de Creta y el puerto libio de Bengasi como parte del control del embargo de armas al país norteafricano.

El ministro de exteriores turco, Ahmet Davutoğlu, anunció ayer que la OTAN había llegado a un acuerdo para asumir el mando de todas las operaciones militares aliadas en Libia, después de varios días de disputas y debates. El acuerdo se alcanzó finalmente en una teleconferencia entre la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton, y los ministros de Exteriores de Turquía, Francia y Reino Unido. "Se ha llegado a un compromiso de principio en muy poco tiempo... La operación se traspasará completamente a la OTAN", anunció Davutoğlu a la prensa.

Poco antes de la votación en el parlamento turco, el ministro Davutoğlu se reunía con los líderes de los principales partidos políticos en Turquía para informarles sobre el contenido de la moción. Según trascendió de esa reunión, Davutoğlu dijo que la base que la OTAN posee en la ciudad egea de İzmir podría ser utilizada para apoyar la intervención militar en Libia; no obstante por ahora no hay ninguna petición oficial de la Alianza Atlántica en este sentido, y el canciller turco insistió en que la contribución de Turquía se limitará al control del embargo de armas y a la protección y asistencia de la población civil, sin implicarse en operaciones de combate, una posición similar a la que mantiene con respecto a la intervención militar aliada en Afganistán.

Críticas contra Francia

Ayer la prensa turca continuaba recogiendo las críticas de muchos políticos en Turquía contra la postura de varios países occidentales, en especial de Francia. "Occidente ha creado estos dictadores. Tienen una enorme responsabilidad en su creación, y luego los declaran como con 'Frankenstein'. Ahora quieren librarse de estos líderes... Nunca hemos mirado a estas cuestiones desde su prisma de petróleo e intereses económicos", declaró el vice primer ministro turco Cemil Çiçek en unas declaraciones recogidas por el diario turco Hürriyet.

Çiçek, que tuvo especiales críticas para Francia -país que se opone a la entrada de Turquía en la Unión Europea-, criticó el apoyo dado desde Occidente a líderes como Gadafi y recordó que su país había pedido en repetidas ocasiones al líder libio que dimitiera e iniciera una transición política en el país. "Nuestro primer ministro hizo un llamamiento urgente a Gadafi para que renunciara, y le recordó lo que le había pasado a Saddam Hussein", dijo el ministro.

Por su parte el primer ministro turco Recep Tayyip Erdoğan también atacó ayer a Francia diciendo que las mismas personas que obstaculizan la entrada de Turquía en la UE tienen intereses ocultos y utilizan expresiones como "cruzada" para referirse a Libia, un término que fue utilizado por el ministro del Interior francés y que ha despertado grandes críticas en Turquía. También el Presidente de la República, Abdullah Gül, se mostró molesto con las declaraciones del ministro francés y mostró sus dudas sobre el resultado y los objetivos finales de la operación en Libia, que según Gül podría convertirse en un segundo Irak.

lunes, 7 de febrero de 2011

El 66% de los árabes ven a Turquía como modelo democrático para la región

Hispanatolia

Las telenovelas y las series de televisión turcas encandilan a los árabes, que sueñan con la cosmopolita Estambul como destino favorito para un viaje de bodas. Pero el mundo árabe también envidia el progreso económico y las libertades de los turcos. Dos de cada tres ciudadanos de ocho países de Oriente Próximo consideran que Turquía es el modelo político para la región y el que mejor compatibiliza el islam con la democracia.

Una encuesta que acaba de ser presentada en Ankara por la Fundación Turca de Estudios Económicos y Sociales (TESEV) muestra que el 66% de los habitantes de Egipto, Jordania, Líbano, Siria, Irán, Irak y los territorios palestinos ve favorablemente a Turquía como sistema político de referencia para la región, y una proporción similar la considera "la mejor síntesis de democracia y religión musulmana".

Entre las 2.267 personas consultadas en la encuesta, elaborada entre agosto y septiembre de 2010, la tradición islámica de Turquía es el factor más destacado en un 15% de los casos, seguido por la pujanza económica (12%), su sistema democrático (11%) y su actitud en el conflicto palestino-israelí (10%), por citar las cuatro respuestas con mayor porcentaje.

Para el 12% de los encuestados que rechazan el modelo turco en la región, las principales razones son su Constitución laica (12% de este grupo), su escasa identidad islámica (11%), sus estrechas relaciones con Occidente (10%) o, simplemente, porque Oriente Próximo no precisa de modelo alguno (8%).

En realidad, Turquía es la única democracia efectiva en la región y un solitario modelo de referencia. La formidable alternancia que supuso en 2002 la llegada al poder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (islamista moderado) marca el ascenso del prestigio turco en el mundo árabe, donde un 78% de sus ciudadanos cree que Ankara debe incrementar su influencia política y económica.

La desafiante actitud del primer ministro Recep Tayyip Erdoğan ante Israel, en el Foro de Davos en 2009 y tras el asalto a la flotilla de Gaza en 2010, ha convertido además al gobernante turco en un campeón de la calle árabe, que ahora bulle en una ola de cambio tras la revolución popular de Túnez.


miércoles, 22 de diciembre de 2010

Assad: "Europa necesita a Turquía si no quiere convertirse en un club cristiano"


El presidente sirio Bashar al-Assad tuvo elogios para la política exterior de Turquía destacando su creciente papel en la región, y dijo que la Unión Europea debe aceptar a Turquía como miembro si quiere evitar convertirse en un "club cristiano".

En una entrevista concedida conjuntamente al diario turco Hürriyet y al alemán Bild, el presidente sirio dijo sobre las relaciones con la Unión Europea que sin Turquía "la UE se convertiría únicamente en un club cristiano". "Europa habla de diálogo intercultural, pero se aisla a sí misma culturalmente. No puedes refutarlo diciendo que cinco millones de musulmanes viven en Alemania y 7 millones de musulmanes viven en Francia", dijo.

Assad tuvo también palabras de elogio sobre la creciente importancia de Ankara en la región y su contribución a la estabilidad y la paz en Oriente Medio, y dijo que Turquía había sabido manejar muy adecuadamente los acontecimientos tras el incidente por el abordaje del "Mavi Marmara" en aguas internacionales, en el que murieron 9 activistas turcos que pretendía llevan ayuda humanitaria a Gaza en un convoy internacional.

"Ese fue un problema muy complejo. El modo en que el pueblo turco llevó la situación fue todo un logro. Si Israel no se disculpa o paga una compensación a las familias cuyos parientes murieron, no puedes hablar sobre el hecho de que necesitas una relación con Israel. No puedes decir: 'Podemos continuar nuestra relación con Israel sin conseguir nada'. Es tu orgullo y tu derecho. De hecho, es Israel quien está cortando esta relación", comentó Assad.

Preguntado por el habitual debate sobre si Turquía se está alejando o no de Occidente, el presidente sirio dijo que en realidad, es Occidente quien se está apartando de Turquía; para Assad, sin embargo, aunque Ankara mantiene intensas relaciones con Occidente, sería erróneo definir a Turquía como Occidente.

"Turquía debería continuar con el papel que ha estado desempeñando en los últimos tres años. Especialmente tras el 11 de septiembre, varios balances (de poder) se crearon en esta agitada región", dijo el presidente sirio, en referencia a Oriente Medio.

Acerca del debate sobre el extremismo en el mundo islámico, Assad dijo que en las sociedades musulmanas existe siempre por parte de la gente el temor al conservadurismo, y este tipo de debates resurgen de cuando en cuando en el mundo musulmán. "El extremismo ha ganado fuerza en el mundo islámico durante los últimos diez años, y como pueblo musulmán nuestra responsabilidad debería ser luchar contra este extremismo", subrayó el presidente de Siria. 

Assad comparó los casos de Turquía y Siria, dos estados vecinos con constituciones laicas que sin embargo actualmente tienen a musulmanes moderados en el poder, en los que conviven comunidades religiosas muy diversas; no obstante el presidente sirio recordó que no todos los países musulmanes poseen esta diversidad, e hizo incapié en la importancia de inculcar a la gente la necesidad de aceptar la existencia de otras religiones y cómo convivir con ellas sin entrar en conflicto.

Preguntado por si le gustaría ver a más o menos mujeres de su país (Siria) vistiendo el tradicional velo islámico, Assad respondió de forma rotunda diciendo que todo el mundo tiene derecho a vivir según su propia elección: "En Siria no tratamos esta cuestión de ese modo", dijo.

martes, 30 de noviembre de 2010

Clinton se disculpa ante Davutoğlu por las filtraciones de WikiLeaks


La Secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton mantuvo el lunes un encuentro en Washington con su homólogo turco, Ahmet Davutoğlu, ante quien se disculpó por las filtraciones hechas por WikiLeaks en las que se revelan algunas de las opiniones que Estados Unidos mantiene hacia Turquía.

"Han hablado sobre los temas de WikiLeaks, y el ministro de exteriores (turco) apreció los comentarios directos y sinceros que hizo la secretaria (Hillary Clinton)", declaró a los periodistas Philip Crowley, portavoz del Departamento de Estado, tras la reunión entre ambos cancilleres en la que sin duda uno de los puntos principales de la agenda fue la filtración del portal de internet WikiLeaks, que este fin de semana sacaba a la luz más de un cuarto de millón de documentos secretos, incluyendo 7.918 cables diplomáticos enviados por la embajada estadounidense en Ankara.

Ante su homóloga estadounidense el ministro de exteriores turco Ahmet Davutoğlu reafirmó que Turquía mantenía una "asociación estratégica" con Washington, según explicaron fuentes diplomáticas estadounidenses, mientras que por su parte Clinton subrayó ante los periodistas poco antes de la reunión que "Turquía y Estados Unidos tienen una de las relaciones bilaterales más importantes del mundo".

Tras el encuentro con Davutoğlu, Clinton manifestó que el gobierno estadounidense "rechazaba profundamente la desclasificación de cualquier información que fuese confidencial", y se mostró confiada en que "las asociaciones y relaciones que hemos construído en esta administración resistan este desafío", posiblemente sabiendo que las filtraciones de WikiLeaks pondrán a prueba las relaciones entre Washington y muchos de sus aliados; en el caso de Turquía, muchos de esos documentos secretos -y a menudo nada diplomáticos- sacados a la luz se refieren además al propio Davutoğlu.


Lo que cuenta WikiLeaks

Turquía es el segundo país más analizado por los documentos diplomáticos filtrados por el portal de internet WikiLeaks, y el mayor número de cables diplomáticos enviados a Washingon revelados en esta ocasión corresponden a la embajada norteamericana en Ankara. Entre otras cosas WikiLeaks afirma que Estados Unidos está apoyando al PKK, o que Ankara no está impidiendo la financiación de Al-Qaeda en Irak a través de Turquía.

Uno de los personajes políticos turcos en los que más se centran los documentos filtrados es, precisamente, Ahmet Davutoğlu, ministro de Exteriores turco y artífice del gran salto en la política exterior de Turquía, que la ha llevado en los últimos años ha extender su influencia y afianzar sus propias posiciones en su región de influencia (Europa Oriental, los Balcanes, Oriente Medio, Asia Central e incluso África), frente a la posición mucho más pasiva que Turquía siempre mantuvo durante décadas en sus relaciones exteriores, a menudo supeditada a los dictados de Washington.

En concreto los documentos hablan de cómo diplomáticos estadounidenses citan a un asesor de la Casa Blanca que describe a Davutoğlu como alguien "excepcionalmente peligroso" con una gran influencia sobre el primer ministro Erdoğan, al tiempo que muestran su preocupación por el interés de Turquía en recuperar lo que ellos llaman su "influencia otomana" en aquellos países de su región. Curiosamente los cables diplomáticos enviados y sacados a la luz por WikiLeaks también tratan en otros momentos de menospreciar a Davutoğlu, calificándolo como alguien con pocas miras cuyo conocimiento en política exterior "no va más allá de Ankara".

Las revelaciones hablan también de que según los diplomáticos estadounidenses en Ankara el gobierno del AKP está a medio camino entre Oriente y Occidente, y que el primer ministro Recep Tayyip Erdoğan es un político perfeccionista y adicto al trabajo con una visión de Turquía semejante a la de Atatürk. Su afán de superación es tal que según un diplomático, cuyo nombre se mantiene en secreto en los documentos, cuando en las elecciones generales de 2007 el júbilo estalla en el AKP al conseguir más del 47% de los votos, Erdoğan amonesta a sus compañeros de partido por su actitud y dice que mientras el AKP no gane en todas las circunscripciones no será el partido de Turquía ni se puede hablar de "éxito".

Precisamente ante esas elecciones la Embajada de EE.UU. en Ankara parece hacerse eco de algunos de los argumentos de la oposición kemalista del CHP en campaña y se pregunta si Erdoğan tiene una "agenda oculta islamista", reflexionando sin embargo al respecto que sus rivales políticos sólo han podido presentar sobre esas acusaciones "pruebas circunstanciales" en su contra. Así cita por ejemplo sus raíces políticas en el Partido del Bienestar del ex primer ministro Necmettin Erbakan, un islamista radical; o que siendo elegido en 1994 alcalde de Estambul, Erdoğan se denominaba a sí mismo "el imán" de la ciudad. Sin embargo Erdoğan acabaría renegando de su pasado con Erbakan y tras moderar su discurso político fundaría finalmente en 2001 el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que al año siguiente barrería en las urnas a los partidos tradicionales con un discurso basado en el crecimiento económico, las reformas democráticas para acercar el país a la Unión Europea, y la transparencia y la lucha contra la corrupción.

Parece que los Estados Unidos consideran que Erdoğan ha construido un delicado equilibrio para conservar el poder con el apoyo de los sectores religiosos de la población mientras basa su éxito electoral en la integridad de la gestión del Partido AK (que significa "limpio", en turco) en comparación con anteriores gobiernos, carazterizados por los escándalos, la corrupción y la inestabilidad. Los analistas de la embajada en Ankara creen que el primer ministro turco dirige un movimiento conservador de raíces islamistas que sin embargo ha conseguido impulsar las mismas ideas de modernización y occidentalización del país que en su día auspiciara Mustafá Kemal Atatürk, fundador de la República y "Padre de la Patria" para los turcos.
 
"Los cambios van a alterar inevitablemente el tradicional reparto de poderes para fortalecer a los gobernantes civiles... Pero Erdoğan debe seguir empleando un mensaje para evitar las tensiones mientras evoluciona la sociedad turca", dice una fuente. Otro diplomático afirma a finales de 2009 que según sus contactos no es cierto que Turquía corra el riesgo de convertirse en una república islámica, como sostienen algunos gobiernos occidentales, añadiendo que el sistema político turco se ha mostrado lo suficientemente flexible como para que tenga cabida el activismo político de los sectores religiosos moderados combinado con los valores occidentalizantes promovidos por Atatürk.

Menos escándalo de lo esperado

Paradójicamente, y a pesar de ser el segundo país más citado en las revelaciones de WikiLeaks después del propio Estados Unidos, Turquía no amaneció el lunes convulsionada por los documentos secretos aireados por el portal de internet y la prensa prácticamente se limitó a recoger los datos publicados -principalmente en la publicación alemana "Der Spiegel"- sin que estos levantaran grandes ampollas.

Esta reacción hay que atribuirla en parte a la antigüedad de algunos de esos documentos. Muchos de los cables diplomáticos remitidos desde Ankara a Washington y filtrados ahora por WikiLeaks tienen varios años, muy anteriores a la administración Obama. En todo ese tiempo tanto Erdoğan como Davutoğlu han recorrido medio mundo fortaleciendo viejas alianzas y creando otras nuevas.

Pocos dudan ya de que Turquía esté llamada a jugar un papel mucho mayor en toda su región de influencia -que incluye Asia, África y Oriente Medio, pero por supuesto también Europa- y pese a que el tópico de que "Turquía se está alejando de Occidente" aún sigue como coletilla en ciertos círculos de opinión, una mayoría de gobiernos occidentales ha aceptado el hecho de que el país euroasiático puede ser un gran aliado de Occidente al tiempo que tiende puentes hacia Oriente de los que tanto Washington como la UE andan tan necesitados. A día de hoy, y después de casi una década de gobierno, pocos creen ya también que Erdoğan tenga una "agenda islámica" oculta, un discurso que en su día utilizó la oposición turca para tratar de ganarse al electorado turco y cuyos -más que pobres- resultados saltan a la vista.

Los documentos más recientes puestos al descubierto por WikiLeaks tampoco aportan datos especialmente reveladores: nada que no se supiera, o que al menos no se sospechara, de lo que podía comentarse en la Casa Blanca. Los que corresponden a la presidencia de Obama carecen en su mayor parte de ninguna trascendencia salvo la del hecho mismo de que son documentos secretos revelados al público. El propio Erdoğan ponía el lunes en duda la seriedad de WikiLeaks calificándola de "sospechosa" y desafiaba a sus responsables a publicar toda la información de la que disponen. "Veremos entonces en qué medida son serios, y dónde no lo son... Que WikiLeaks saque todas las piedras de sus bolsillos. Luego haremos una evaluación, y una declaración", declaró a la prensa el primer ministro turco.



sábado, 13 de noviembre de 2010

Tacan İldem: "Turquía no ha dado la espalda a Europa ni a Occidente"


Tacan İldem, antiguo representante de Turquía en la OTAN y actualmente responsable del departamento de Seguridad Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores, participó recientemente en un seminario en Barcelona sobre Seguridad y Defensa en la región mediterránea.

El diario español "El Periódico" publicó ayer viernes una entrevista que reproducimos a continuación, en la que el señor İldem deja claro que Turquía mantiene sus tradicionales lazos con Occidente, sin que eso sea razón para impedir que desarrolle una política exterior propia como potencia emergente, lo que incluye relaciones con países de Oriente Medio con los que comparte frontera y problemas comunes.

En Occidente hay la sensación de que Turquía ha dado un giro en su política exterior. ¿Es esto cierto?.

No es cierto. Pero Turquía está en un cruce de regiones, tiene una ubicación geoestratégica peculiar y conoce la realidad de estas regiones. Lo que ocurre es que expresamos nuestros puntos de vista con mayor contundencia. Algunos lo ven como un cambio de orientación de nuestra política exterior, pero no es así. Está orientada a Occidente.

¿La tradicional alianza estratégica con Israel está definitivamente rota o aún tiene arreglo?

Desde el establecimiento del Estado de Israel hemos tenido muy buena relación con ellos. En la vida de las naciones siempre hay momentos difíciles; eso no quiere decir que no tenga arreglo. Pero no creo que ningún país del mundo se quedara de brazos cruzados ante un incidente como el que sufrimos con la flotilla a Gaza en el que murieron nueve ciudadanos turcos inocentes. Turquía pide a Israel una disculpa y compensación a las familias de las víctimas.

Pero la relación ya iba de mal en peor antes de la flotilla. Hubo el incidente de Davos, la humillación de un diplomático turco en Jerusalén...

Sí, la relación se había ido deteriorando. Pero mire también cómo están las relaciones de otros países con el actual Gobierno de Israel.

Pues en Occidente hay mucha gente a la que le preocupa el acercamiento de Turquía a Siria e Irán.

A veces nosotros, los occidentales, sacamos conclusiones demasiado rápido. Lo que ha hecho Turquía, junto a Brasil, con Irán es facilitar que la comunidad internacional lleve por la vía diplomática la cuestión del programa nuclear. La declaración de Teherán del 17 de mayo fue importante porque era la primera vez que Irán aceptaba algo: la salida de 1.200 kilos de uranio poco enriquecido a cambio de 120 kilos de uranio altamente enriquecido.

Perdone, pero Irán ya había aceptado antes un acuerdo similar en una negociación en Ginebra y después dio marcha atrás.

No se concretaron los detalles. A veces no entendemos la dimensión psicológica. El pueblo iraní es muy orgulloso y el programa nuclear es una cuestión muy sensible porque es muy apreciado tanto por el liderazgo del país como por la oposición. Nosotros no votamos a favor de las sanciones para no perder la credibilidad con nuestros interlocutores. No creemos en las sanciones, como tampoco creemos en una solución militar que crearía una inestabilidad en la región de proporciones inmensas. Pero eso no significa que nos pongamos de parte de Irán. Tenemos a Irán en nuestro patio trasero, y no queremos que Irán tenga armas nucleares. Un Irán nuclear sería una amenaza a la seguridad de Turquía.

¿Turquía será algún día miembro de la Unión Europea?

Debería serlo en un plazo realista y aceptable. Si cumplimos los criterios, no se nos deberían imponer otros adicionales. La pertenencia de Turquía a la UE es en interés de Turquía pero también de la UE; si la UE quiere jugar un papel global, Turquía es un valor añadido. Lo que me remite a su primera pregunta. Turquía no ha dado su espalda a Europa ni a Occidente.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Turquía confirma que acogerá las negociaciones entre Irán y Occidente


El Ministerio de Exteriores turco confirmó el domingo que Turquía acogerá las negociaciones entre Irán y el llamado G 5+1 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, más Alemania) acerca de su controvertido programa nuclear.

Fuentes diplomáticas indicaron que Irán notificó al gobierno turco el sábado que estaba dispuesto a llevar a cabo negociaciones con los miembros del G 5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania) siempre que estas se llevaran a cabo en el país euroasiático, una opción a la que el resto de países implicados dieron su visto bueno. No obstante por ahora se desconoce dónde y cuándo se desarrollarán dichas negociaciones.

Irán y el G 5+1 habían afirmado en octubre su voluntad de reanudar el diálogo para intentar resolver la disputa por el programa nuclear iraní. Las potencias occidentales habían propuesto en un principio que las negociaciones se llevasen a cabo entre el 15 y el 18 de noviembre en Viena, que acoge la sede del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Pero Teherán dijo que dichas negociaciones deberían llevarse a cabo en Turquía, país con múltiples lazos con Occidente pero que en los últimos años ha intensificado también sus relaciones con Irán, país con el que comparte frontera.

martes, 5 de octubre de 2010

Bill Clinton: "El éxito de Turquía es el éxito del mundo"


Más de una década después de que definiera a Turquía como el país que conformará el siglo XXI, el ex presidente estadounidense Bill Clinton regresó este fin de semana al país euroasiático para volver a decir que la forma en que Turquía ha logrado unir la religión y la modernidad ayudará a construir puentes entre Oriente y Occidente.

"Nada ha cambiado mi convicción de que vuestro éxito es el éxito del mundo", dijo Clinton en un discurso pronunciado el sábado en la Universidad Bilgi de Estambul, repitiendo unas palabras pronunciadas hace tiempo en las que aseguraba que lo que ocurra con Turquía tendrá un enorme impacto en el mundo, debido a su historia, su geografía, y su potencial para superar las heridas dejadas por el siglo XX. "Vuestra habilidad para construir una economía moderna y conservar vuestro preciado legado demostrará si el mundo puede hacerlo", dijo Clinton.

Ya en 1999, siendo presidente y durante una visita histórica que realizó a Ankara, Bill Clinton pronunció estas palabras ante la Asamblea Nacional Turca: "El pasado de Turquía resulta clave para entender el siglo XX. Pero aún más importante, creo que el futuro de Turquía será clave para conformar el siglo XXI". Aquella visita, que se produjo poco después del devastador terremoto en la región del Mármara que dejó miles de muertos en Turquía, hizo que Clinton se ganara una tremenda popularidad entre los turcos, algo que quedó evidenciado este fin de semana por las muestras de cariño que recibió el ex presidente norteamericano, que posó con numerosos curiosos que se acercaba a saludarle, estrechar su mano o sacarse una foto con él.

En su conferencia el sábado en la Universidad Bilgi de Estambul, Clinton no dudó en elogiar los logros conseguidos por Turquía desde su anterior visita hace más de una década, subrayando cómo el país euroasiático ha logrado afianzar su posición geoestratégica y sacar partido a su enorme potencia humano y económico. Tal es así, que Clinton aseveró que puede que la economía turca pronto empiece a inquietar a las economías de Europa si sigue creciendo a su ritmo actual.

"Habéis mostrado un enorme respeto por la religión sin deteneros por ella, sin utilizarla como un arma política. Ofrecéis a Occidente, y a Europa en particular, una puerta hacia un nuevo futuro con los países musulmanes del Este", dijo Clinton ante una audiencia compuesta por más de medio millar de estudiantes universitarios, profesores, catedráticos, políticos, empresarios y periodistas. Junto al ex presidente norteamericano estaba también el ministro turco para la Unión Europea, Egemen Bağış, que también habló ante los presentes.

Uno de los puntos que tocó Bill Clinton en su conferencia fue el papel cada vez más activo que Turquía ejerce en política exterior, que le ha valido una creciente reputación como actor y mediador internacional, especialmente en Oriente Medio; pero el ex presidente norteamericano también se refirió a las críticas que este nuevo papel de Turquía despierta, incluyendo aquellos que ven en ello un alejamiento de Ankara de Occidente, algo con lo que Clinton se mostró totalmente en desacuerdo.

"Hay gente en Occidente que dice que puede que Turquía se esté alejando de nosotros, que quizás está abrazando el extremismo. Yo no lo veo así. Yo creo que lo que Turquía está haciendo es seguir un rumbo independiente, buscando posibilidades de construir puentes y evitando que ocurran cosas malas... Si yo estuviera en vuestra posición, yo haría lo mismo", dijo el ex presidente, que subrayó que Turquía fascinaba a mucha gente porque constituía una especie de metáfora de lo que el mundo podría ser.

En su discurso, Clinton apeló a los habitantes de los países occidentales a que lean el Corán y sobre la historia del Islam, e intenten entender las condiciones en los tiempos en que fue predicada la palabra de Mahoma. Clinton hizo incapié en el hecho de que en el Islam no existe una figura similar al papado o un grupo que establezca normas o guías para todos los musulmanes, y a continuación subrayó que el hecho de que aquellos que atentaron contra las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001 se declararan a sí mismos como musulmanes, no significa que sus ideas sean apoyadas por el Islam o el Corán, o que todos los musulmanes piensen igual o apoyen el terrorismo.

A este respecto, el presidente estadounidense recomendó a aquellos que quieran entender más sobre el Islam que observen a Turquía, donde un gobierno dirigido por musulmanes devotos es apoyado por una gran mayoría de votantes cuando propone reformar la Constitución para acercarla a los estándares europeos y occidentales, o defiende los derechos de las minorías no musulmanas y les permite utilizar antiguos templos para ceremonias religiosas.

viernes, 18 de junio de 2010

¿Quién dice que Turquía se aleja de Occidente?


En medio de nuevos debates sobre si Turquía está alejándose o no de Occidente con su política exterior, varios miembros del gobierno han salido esta semana al paso de estas afirmaciones, calificándolas de fruto de la ignorancia o simplemente de interesadas y malintencionadas, entre ellos el propio presidente turco Abdullah Gül.

Gül mantuvo una entrevista con periodistas de la prensa turca a bordo de su avión cuando se dirigía en visita oficial a Corea del Sur, a donde voló a principios de esta semana para conmemorar a los soldados turcos caídos durante la Guerra de Corea de 1950. En su charla con la prensa, el presidente turco no dudó en calificar la reaparición del viejo debate sobre el supuesto cambio de política de Turquía como fruto de la ignorancia o simplemente de intereses malintencionados.

"Turquía tiene fuerzas de seguridad distribuidas por todo el mundo, incluyendo Afganistán, Kosovo, Bosnia, África o Haití. Sigo diciendo que el momento en que se lanzan estas afirmaciones sobre un cambio de 'eje' de Turquía es malo. Tomemos Gran Bretaña, Francia o España como ejemplo... Tienen excelentes relaciones con el mundo entero. ¿Alguien menciona algo sobre un cambio de eje de esos países? ¿Alguien cuestiona si Gran Bretaña ha cambiado de política? ¿Hay alguien que hable sobre un cambio de eje por parte de Francia?", se preguntó Gül.

"Turquía coincide en el 98% con las decisiones en política exterior hechas por la Unión Europea. Resulta bastante absurdo hablar del eje en el que está Turquía por sus relaciones con países vecinos o que están en su región. Necesitamos centrarnos en los valores comunes tales como el respeto por los derechos humanos, la democracia y el mercado libre. ¿Alguien pone en cuestión el eje de Japón o Nueva Zelanda?", continuó diciendo el presidente turco.

Al hilo de estos argumentos, el presidente Gül también subrayó que debería mirarse hacia atrás 25 años en la historia de Turquía y comparar el nivel actual de democracia con el que había entonces. "Necesitamos preguntarnos a nosotros mismos si nuestra democracia se ha vuelto más fuerte o más débil. Necesitamos preguntarnos si nuestro sistema legal se ha vuelto más fuerte. Y necesitamos preguntarnos si nos hemos acercado más a la Unión Europea o nos hemos alejado de ella", añadió.

Davutoğlu: "Este tipo de debates son malintencionados"

El ministro de exteriores turco Ahmet Davutoğlu, uno de los artífices del creciente papel de Turquía en política exterior, se refirió también a las supuestas afirmaciones lanzadas desde algunos círculos sobre que Turquía esté virando su política hacia el Este alejándose de Occidente, unas afirmaciones que no dudó en calificar de claramente "interesadas".

"Este tipo de debates son lanzados siempre deliberadamente en cuanto Turquía actúa para asumir un papel activo en su región y amplía su poder de influencia. Consideramos estas críticas como intentos oportunistas carentes de buenas intenciones y objetividad", declaró Davutoğlu esta semana a los periodistas desde Oslo (Noruega), donde se encontraba de visita oficial.

Davutoğlu insistió en que el gobierno turco continuará desarrollando una "política exterior multidimensional" en línea con la posición geográfica del país y sus lazos históricos, si bien subrayó que siempre manteniendo la pertenencia a la OTAN y a la Unión Europea como principales prioridades de la política exterior turca.

"Resulta extraño ver que nadie habla sobre algún cambio así (de política exterior) cuando Turquía firma amplios acuerdos con Grecia, o lleva a cabo negociaciones indirectas de paz entre Israel y Siria, o consigue atraer a los sunníes de Irak para involucrarlos en el proceso político del país", destacó el ministro.

martes, 5 de enero de 2010

Davutoğlu anuncia una nueva era en la política exterior turca


ANKARA

El ministro de exteriores turco Ahmet Davutoğlu afirmó este lunes que Turquía necesita desarrollar una política exterior acorde con su creciente influencia en el "nuevo mundo" que está surgiendo: "Hay muchas grandes naciones que nos oirán", aseguró Davutoğlu, quien auguró que para 2023 Turquía formará parte de la UE y será una de las 10 principales economías del planeta.

Davutoğlu pronunció estas palabras durante un discurso con motivo de la inauguración de la conferencia de embajadores turcos que dió comienzo este lunes en Ankara con unos 200 representantes diplomáticos turcos venidos de todo el mundo, aunque también está prevista la participación del presidente turcochipriota Mehmet Ali Talat así como de los ministros de exteriores de Brasil, Alemania y Japón.

En su comparecencia, el ministro turco de exteriores insistió en la necesidad de otorgar a Turquía una nueva y más potente política exterior, que en el caso turco posee "una gran experiencia histórica que podría compararse únicamente con cinco o seis países de todo el mundo".

"Un nuevo mundo está surgiendo, y junto con él están surgiendo nuevas necesidades. Necesitamos desarrollar una visión sistemática y estratégica que cubra esas necesidades", dijo Davutoğlu en su discurso. "Tenemos mucho que decir en la escena internacional, y hay muchas grandes naciones que nos oirán", agregó.

Davutoğlu aseguró que la diplomacia turca debería prepararse para "un país que se habrá convertido en miembro de la Unión Europea para 2023, que se situará entre las 10 principales economías del mundo, y lo más importante, un país que hará una contribución nacional única a la cultura global", dijo el ministro, al tiempo que aprovechó para reiterar que el camino de Turquía hacia la integración en la UE es claro y firme, y que no contempla ninguna otra alternativa a la adhesión como miembro de pleno derecho.

El ministro señaló así mismo que el mundo necesitaba un nuevo organismo internacional que poseyera una nueva perspectiva y filosofía que logre cubrir la necesidad de un cambio en la política internacional. "Y justo en el centro de esa necesidad se encuentra la importante geografía e historia de Turquía", aseguró.

"No existe la diplomacia de un borde, sino de toda la superficie"

En su discurso, Davutoğlu se refirió a una famosa frase del fundador de la moderna República de Turquía, Mustafa Kemal Atatürk. La sentencia, "No existe la defensa de un borde, sino la defensa de toda la superficie; y esa superficie es toda nuestra madre patria", fue pronunciada por Atatürk mientras hablaba a sus generales poco antes de la Batalla de Sakarya de 1921, después de que algunos le criticaran por haberse retirado ante el avance de las tropas invasoras griegas por Anatolia.

El ministro de exteriores turco tomó esta frase para hacerla suya dándole un nuevo sentido aplicado al campo de la diplomacia: "No existe la diplomacia de un borde, sino la diplomacia de toda la superficie; y esa superficie es todo el globo entero", dijo Davutoğlu. "Debemos tener un mensaje para el mundo. Estamos en posición de hacer justicia en esta región. No hay ningún otro país en el mundo que tenga la misma posición que nosotros... La diplomacia turca puede ser comparada únicamente con la de cinco o seis países del mundo", afirmó el ministro.

Para lograrlo, Davutoğlu hizo énfasis en que los problemas diplomáticos pueden solucionarse "no sólo mediante nuestro poderoso ejército", sino también a través de lo que calificó como "nuestro poder suavizante", e insistió en que ambos elementos de la diplomacia turca deben ser combinados en armonía como si de una orquesta se tratase. "El lenguaje utilizado en Ankara debe ser entendido en Mardin (una región del sureste de Anatolia), pero debe ser entendido también en Washington y Tokyo", concluyó Davutoğlu.

martes, 7 de abril de 2009

Histórico discurso de Obama ante el parlamento turco

DISCURSO ÍNTEGRO DE OBAMA ANTE LA GRAN ASAMBLEA NACIONAL DE TURQUÍA - TRT (English)
ANKARA
El presidente norteamericano Barack Obama pronunció un histórico discurso el lunes ante la Gran Asamblea Nacional Turca antes de partir hacia Estambul para asistir al II Foro de la Alianza de Civilizaciones. Obama fue recibido previamente por el presidente del parlamento, Köksal Toptan, con quien mantuvo una reunión en su oficina por espacio de 15 minutos. Posteriormente el presidente estadounidense se reunió con los líderes de los partidos políticos con representación en el parlamento turco.
Uno de los más esperados era el encuentro entre Obama y el líder del partido nacionalista kurdo DTP, Ahmet Türk, a quien Obama dijo que ni la violencia ni la lucha armada solucionarán el problema kurdo en Turquía, instando a su partido a elegir entre la lucha armada o la vía política. Por su parte Türk denunció ante el mandatario estadounidense la violencia ejercida contra los kurdos durante muchos años en Turquía y le hizo entrega de un documento sobre los puntos de vista del DTP acerca de la solución al problema kurdo.
Tras esta serie de reuniones, Obama se dirigió hacia las 14:30 hora local a la cámara de la Gran Asamblea Nacional, a donde entró entre los aplausos de todos los diputados presentes, a los que ofreció un discurso de aproximadamente hora y media de duración.
Obama tocó en su discurso numerosos temas, incluyendo la lucha contra el terrorismo, la situación en Irak, las relaciones con Irán o el conflicto en Oriente Medio. "Hablaré claro: los Estados Unidos apoyan fuertemente el objetivo de dos estados, Israel y Palestina, viviendo uno junto a otro en paz y con seguridad. Ahora, no debemos caer en el pesimismo y la desconfianza. Debemos aprovechar toda oportunidad para avanzar", dijo. Obama también se refirió a Iran pidiendo que abandonase su objetivo de desarrollar armas nucleares y dijo que era una civilización con una larga historia que debía elegir entre conducir su camino hacia las armas o hacia la prosperidad.
El presidente de EE.UU. mostró su oposición a cualquier organización terrorista, incluyendo el PKK, y dijo que no existen excusas para cometer atentados terroristas contra ningún país. También subrayó que Estados Unidos no había estado nunca en guerra con el Islam, recordando además que él mismo venía de una familia en la que había musulmanes. "Estados Unidos nunca ha estado en guerra contar el Islam y nunca lo estará... Nuestra asociación con el mundo musulmán es de una importancia crucial, tenemos que respetar la fé musulmana... Hay muchas familias en Estados Unidos con miembros musulmanes, y yo vengo de una de ellas", dijo.
El discurso de Obama fue interrumpido en varias ocasiones por los aplausos de los diputados turcos que llenaban la cámara. Entre los presentes también estaban el Presidente de la República Abdullah Gül, el Jefe del Estado Mayor del Ejército Turco İlker Başbuğ, el Presidente del Tribunal Constitucional Haşim Kılıç, así como otras autoridades turcas y embajadores de diversos países con delegaciones diplomáticas en Ankara.
Obama recalcó también que Turquía es un importante aliado de Estados Unidos además de una importante parte de Europa, y recordó el apoyo prestado por Turquía a Estados Unidos desde Corea hasta Kosovo pasando por Afganistán. Obama reiteró una vez su apoyo a que Turquía pasase a formar parte como miembro de pleno derecho de la Unión Europea, y citó varias de las importantes reformas llevadas a cabo por Turquía, incluyendo las realizadas con respecto a la minoría kurda del país.
Las relaciones entre Turquía y Armenia también fueron otra de las muchas cuestiones tratadas por Obama en su discurso, quien dijo al respecto que se debería examinar lo ocurrido en 1915 y que ambos países podían solucionar esa cuestión de forma sincera y constructiva para conseguir normalizar las relaciones entre ellos.
Las reacciones de los diputados turcos al discurso histórico de Obama fueron en general muy positivas. "Habló sobre la democracia, el laicismo y Atatürk. Dió un mensaje de que Israel y Palestina son dos estados, lo que nosotros también defendemos. Y definió claramente al PKK como una organización terrorista", dijo Onur Öymen, diputado del principal partido de la oposición, el CHP.
Por su parte Seracettin Karayağız, diputado por el gobernante AKP, hizo entrega de una carta a Obama acerca de lo sucedido en 1915 y las reivindicaciones armenias. "Los armenios mataron a mis dos tíos y a muchos de mis parientes. Llevaron a mi padre a un campo de prisioneros. Ambos bandos experimentamos grandes pérdidas durante la guerra, pero eso no es un genocidio", escribió Karayağız a Obama.
Reunión entre Obama y Erdoğan
El presidente norteamericano Barack Obama mantuvo también una reunión con el primer ministro turco Recep Tayyip Erdoğan durante aproximadamente una hora. Las relaciones entre Turquía y Estados Unidos, Afganistán, la colaboración energética, la lucha contra el terrorismo o la designación de Rasmussen como nuevo secretario general de la OTAN (cuya candidatura Turquía vetó hasta conseguir ciertas garantías por parte de Obama) fueron algunas de las principales cuestiones que se tocaron en el encuentro.
Obama dijo haber seguido muy de cerca la mediación turca entre Siria e Israel y destacó la importancia de que dicha mediación continuara. También mostró su agradecimiento por la hospitalidad recibida en Turquía y alabó la capacidad de liderazgo del primer ministro turco. "Tuve oportunidad de reunirme con el primer ministro (Erdoğan) en la Cumbre del G-20 y quedé impresionado por su capacidad de liderazgo. Me quedé más impresionado cuando dió un perfecto resumen de nuestra conversación".
El presidente estadounidense reiteró una vez más la importancia de Turquía como aliado estratégico clave para los Estados Unidos, y dijo que dicha alianza revertía no sólo en beneficios para ambos países sino para todo el mundo.
Posteriormente Obama partió para Estambul para asistir al II Foro de la Alianza de Civilizaciones, co-presidido por el primer ministro turco y el presidente del gobierno español y con la asistencia de numerosos líderes de todo el mundo, incluyendo el secretario general de la ONU Ban-ki Moon.
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jueves, 5 de febrero de 2009

"Turquía no está alejándose de Occidente"

ANKARA

La reacción del primer ministro turco de irse del Foro de Davos la semana pasada ha iniciado un debate dentro y fuera de Turquía acerca de si el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) que gobierna con mayoría absoluta en Turquía está volviendo la espalda a Israel, y por extensión al mundo occidental. Sin embargo, miembros del gobierno turco, académicos y diplomáticos extranjeros descartan tal cosa, y destacan que el AKP ha sido el partido que más ha hecho por integrar a Turquía en la UE y que Turquía simplemente juega su papel activo tanto en Oriente y Occidente.

La dura respuesta que dió Erdoğan a la airada intervención del presidente israelí Shimon Peres fue percibida en algunos círculos diplomáticos y medios de comunicación como un signo de que Turquía podría cortar por completo sus relaciones con Israel. Pero el hecho es que Peres llamó casi inmediatamente a Erdoğan disculpándose por su tono y reiterando la importancia de la amistad turco-israelí, y que tanto antes como después los contactos diplomáticos a todos los niveles han continuado entre ambos gobiernos para tratar de rebajar tensiones. Diplomáticos dentro y fuera de Turquía subrayan el hecho de que Turquía es indispensable para Occidente tanto como lo es Occidente para Turquía, y que lo mismo ocurre con Israel, por lo que una enemistad entre ambos países es impensable.

El vice primer ministro Cemil Çiçek calificaba hace pocos días ante la prensa turca de "pensamientos ilusorios" las suposiciones de que el AKP esté buscando alejar a Turquía de Occidente, y volvía a reiterar por enésemia vez que la posición del gobierno turco no es contra el Estado de Israel o contra el pueblo judío, sino contra el gobierno que ordenó los ataques sobre Gaza. Çiçek es consciente de que algunos medios diplomáticos y cierta prensa turca ha criticado al primer ministro Erdoğan acusándolo de perder el apoyo de Israel y del poderoso lobby judío estadounidense, lo que podría además generar "represalias" por su parte en Estados Unidos, donde el lobby judío ya presionó para que no se aprobase en el Congreso norteamericano una resolución reconociendo el llamado "genocidio armenio".

"Estos son pensamientos ilusorios de aquellos que dicen estas cosas. El primer ministro no se ha referido a los israelíes o a los judíos. Tal actitud no es aceptable en nuestra religión o en nuestra cultura. Lo que Turquía está criticando está siendo también criticado por algunos intelectuales judíos", afirmó Çiçek. El vice primer ministro turco cree que Turquía continurá siendo el único país que pueda dialogar con todas las partes involucradas en el conflicto de Oriente Medio.

"La política exterior debería ser una región de calma. Si las palabras de Erdoğan son sacadas fuera de su contexto y usadas para dañar las relaciones de Turquía con Israel y otros países, esto supone una injusticia para Turquía", aseguró Çiçek, quien además destacó que las relaciones de amistad entre Turquía y Estados Unidos se remontan a más de 50 años atrás en el tiempo y que responden a los intereses de ambos países.

"Los EE.UU. tienen experiencia en el gobierno. No toman sus decisiones en bae a una o dos declaraciones. Miran al pasado y al futuro. Esto es lo que todos los estados serios deberían hacer. No creo que la postura de Turquía sobre Gaza vaya a crear un cambio radical en la percepción de Turquía por parte de los Estados Unidos", aseguró Çiçek, quien no obstante no descartó que la diáspora armenia vaya a utilizar esta oportunidad para dañar la imagen de Turquía en Washington.

"Turquía es un puente entre Europa y Oriente Medio"

Pero las principales críticas a la afirmación de que Turquía pueda estar alejándose de Occidente han llegado del exterior. Pierre Lellouche, diputado del parlamento francés del partido UMP que lidera el actual presidente galo Nicolas Sarkozy, descartó cualquier posibilidad de que el incidente de Davos sea un signo de que Turquía se esté moviendo hacia el eje Irán-Siria en vez de hacia el mundo occidental.

"Turquía está siendo simplemente ella misma, nada más. Es un puente entre Europa y Oriente Medio, y está llevando a cabo una política muy activa en Oriente Medio, en la región del Golfo Pérsido y en el Cáucaso", afirmó Lellouche, quien destacó además que el gobierno turco acababa de mostrar su compromiso con la adhesión a la Unión Europea con la designación de un ministro encargado en exclusiva de las negociaciones de adhesión a la UE y la visita del propio Erdoğan a Bruselas. "No hay necesidad de dramatizar la situación. Estoy seguro de que Turquía continuará jugando sus cartas de la UE", añadió el parlamentario francés.
También el embajador de Dinamarca en Turquía, Jesper Vahr, quiso pronunciarse sobre la cuestión diciendo que no creía que Turquía se estuviera alejando de Occidente. "Hemos venido manifestando nuestra satisfacción por las equilibradas relaciones de Turquía con el mundo árabe y Europa. Este equilibrio nos importa. No hay nada semejante a que Turquía esté alejándose de Occidente", aseguró Vahr a la prensa turca.
Por su parte el profesor İhsan Dağı, analista político turco, escribió un artículo para el diario Zaman acerca de si el AKP estaría dando la espalda a Occidente. En su análisis, hecho antes del incidente de Davos, Dağı comentaba que únicamente los contrarios al AKP deseaban que el partido abandonase su pro-occidentalismo y su apuesta por la UE.
Por su parte el embajador estadounidense en Turquía, James Jeffrey, se refirió el viernes pasado -al día siguiente del suceso de Davos- al aplazamiento de una visita programada a Turquía por parte del nuevo enviado especial para Oriente Medio, George Mitchell, asegurando que tal aplazamiento respondía a razones de agenda y que nada tenían que ver con lo ocurrido en Davos. Estaba previsto que Mitchell llegase a Estambul hace unos días para reunirse con el primer ministro Erdoğan y con el ministro de exteriores turco Ali Babacan, dentro de una gira iniciada por Oriente Medio para tratar de consolidar la paz en la región.
Cuando se le preguntó al embajador estadounidense en Turquía si compartía ciertas opiniones de que Turquía estaba alejándose de Occidente la respuesta de Jeffrey fue clara: "No las comparto", dijo.
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lunes, 18 de diciembre de 2006

Turquía: otra vez en la encrucijada...


Pablo Gómez

La reciente decisión de la UE de congelar 8 de los 35 capítulos que conforman el proceso de negociación sobre la adhesión de Turquía a la Unión, vuelve de nuevo a situar a este país en la encrucijada, en ese lugar donde se juntan y cruzan varios caminos, sin saber cuál seguir. Pero esta encrucijada a la que metafóricamente me refiero no es exclusiva de Turquía, que se ve en ella no precisamente desde hace poco tiempo a causa de sus peculiaridades geográficas, sociales, políticas y económicas; sino que es también la propia UE la que está en ella, y la que ha puesto en evidencia sus debilidades internas e intrínsecas en estas últimas semanas optando por una huída hacia adelante y por pasarle el problema al país candidato, lo que ha evidenciado aún más si cabe el callejón sin salida al que se ha visto abocada la propia Unión Europea, y la debilidad de su posicionamiento.

Turquía ha dado en el clavo al denunciar que la UE es prisionera de los grecochipriotas, aunque para ser más exactos deberíamos decir que es prisionera no sólo de Chipre, sino de todos aquellos países y fuerzas internas a la UE que no desean ver a priori una Turquía de pleno derecho en la UE (Chipre, Grecia, Austria, Alemania, Francia...), pero que tampoco quieren darle un portazo a Ankara por lo que les pudiera ir en ello. Y bien que lo saben. Resulta paradójico que países antaño aliados de los turcos como Francia o Alemania sean hoy día los que presentan mayores recelos, mientras que otros como España o Italia, que en tiempos se batieron contra los otomanos en Lepanto, sean ahora los máximos adalices de su incorporación a la UE. Pero la Turquía de hoy en día es muy diferente de la de entonces, y también lo es Europa. Y sin embargo, ambas lastran problemas que, lejos de solucionarse, han ido postergando hasta llegar a este punto del camino en el que nos encontramos.

Uno de los principales problemas de la Unión Europea es que la PAC (la política agraria común) continúa siendo una de las principales bocas con que alimentar el presupuesto comunitario, y eso condiciona todos los ámbitos de decisiones y, como no, el político. Hace pocos días lo evidenciaba el presidente Frances Jacques Chirac, que decía que la PAC no debía ser la víctima de las ampliaciones (muchos miedos de Francia sobre Turquía vienen de aquí), pero que a la vez reconocía que existía un grave problema institucional en la UE, problema que las negociaciones con Turquía no han acabado sino poniendo en evidencia. Desde sus primeros tiempos fundacionales, con la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA) primero y la Comunidad Económica Europea (CEE) después, los "Estados Unidos de Europa" siempre han profundizado en las reformas de corte económico liberal, abriendo mercados y levantando aduanas, mientras las reformas políticas de base, reformas que hubiesen servido para democratizar realmente una Europa de ciudadanos que se sienten totalmente alejados y ajenos a sus instituciones, además de para facilitar y ordenar la toma de decisiones, se han ido postergando. Para encubrir este fracaso de esa idea de Europa que en el ideario no se limitaba a lo económico, pero que en la práctica ahí se quedaba, la salida más fácil era la huida hacia adelante, la expansión hacia todos aquellos países que pedían entrar en el club rico europeo. Pero esta "solución" sólo ha contribuido a agravar y complicar aún más los problemas de unas instituciones obsoletas, con competencias solapadas y una burocracia hinchada, que fueron diseñadas para una unión mucho más sencilla y, sobre todo, con muchos menos miembros. La UE a 25 es, hoy por hoy, una Torre de Babel casi imposible de dirigir e incapaz de tomar decisiones... y eso, en estos tiempos que exigen decisiones rápidas y difíciles, puede ser hasta peligroso.

Otro problema que se ha presentado a la UE es el contencioso sobre Chipre, que como tantas otras cosas se prefirió en su día cerrar en falso y seguir hacia adelante, en lugar de poner de una vez soluciones sobre la mesa. Esas soluciones, equilibradas y con decisiones justas, consensuadas y aceptadas por ambas partes (Grecia y Turquía) hubieran sido factibles antes de la entrada de la República Griega de Chipre en la Unión en 2004, poco después del fracasado referendum auspiciado por la ONU en el que los grecochipriotas rechazaron la unificación con la parte turca de la isla; pero en lugar de eso la UE optó por incluir a un Chipre dividido (sólo a su parte griega) como miembro de pleno derecho, aun cuando las conversaciones con Turquía estaban ahí y venía siendo una candidata potencial desde hacia décadas. Era sólo cuestión de tiempo que el problema de Chipre saliera a la luz, el tiempo que tardase la UE en exigir a Turquía que aplicase el Protocolo de Ankara, que Turquía firmó a condición de excluir a Chipre: de nuevo, se miró entonces para otro lado y se siguió hacia adelante... Ahora los grecochipriotas están en la Unión con todos los derechos, incluido el derecho a veto, y cualquier solución sobre la isla habrá de ser de su conformidad; esa es una posibilidad que no tiene Turquía, y por lo tanto la solución sobre el futuro de la isla no puede ser planteada en el contexto de las negociaciones sobre la adhesión: no puede ser de igual a igual, ni mucho menos justa. Y esa situación es la que ha denunciado Turquía. Cuando Ankara ofreció abrir sus puertos y aeropuertos a los grecochipriostas, a cambio de que se hiciese lo propio con los de la parte turca de Chipre y de una nueva intervención de la ONU en el problema con el apoyo de la UE, nadie en la Unión Europea se cuestionó la postura de Atenas o de Nicosia respecto al problema; nadie pensó en la racionalidad de la propuesta turca, que pedía por enésima vez el amparo de la ONU; nadie pensó en la locura que llevó a la división de la isla en 1974, cuando un golpe de militares griegos partidarios de la ENOSIS (la unión con Grecia, basada a su vez en el Panhelenismo griego) obligó a la intervención de Ankara para proteger a la pisoteada minoría turca... Turquía no pedía limosna, sino soluciones equitativas. Pero los grecochipriotas no quieren ni oir hablar de la ONU, porque saben que las posibles soluciones no incluyen ni la unión con Grecia ni la subyugación de la población turca de la isla al gobierno griego; de ahí que constantemente se apele al miedo, y que la reacción de Nicosia fuera decir que Turquía estaba tratando de engañar a la Unión, postura que encontró eco rápidamente entre los detractores de Turquía en la UE. Una Unión Europea que se estremece en sus cimientos y mira con recelo ante la llegada del vecino "musulmán", pero que permanece impasible y tuerce esa misma mirada ante la proliferación de personajes como Le Pen, Jörg Haider o Sarkozy en su seno.

El dilema se le plantea también a Turquía, ese país lleno de contrastes que siempre mantiene un pie en Oriente y otro en Occidente. Si bien la población turca mayoritariamente sigue apostando por la entrada de Turquía en la UE como garantía de progreso y democratización, la gente se queja cada vez más -y a veces con razón- de las continuas exigencias de Bruselas en un proceso plagado de obstáculos e inconvenientes. Los turcos ya se sienten parte de Europa (al fin y al cabo, su imperio ocupó toda Europa Oriental hasta el siglo XIX), pero cada vez son más los que piensan que tal vez no sea necesario entrar en el club de la UE para gozar de sus ventajas. Hay otros países europeos que no lo han hecho, sin grandes consecuencias. Paradójicamente, y al contrario de lo que se pueda pensar en Europa, son los islamistas los mayores partidarios de la entrada en la Unión, porque eso les permitiría una mayor libertad religiosa; los kemalistas, por el contrario, herederos ideológicos de Mustafá Kemal Atatürk, ven cada nueva exigencia de Bruselas respecto a las leyes turcas una oportunidad para que los partidarios de una mayor presencia del Islam en la vida pública recuperen terreno. El actual primer ministro Recep Tayyip Erdoğan es un islamista moderado en el que confluye esa paradoja en la que vive actualmente Turquía, esos dos caminos que se van a cruzar -de nuevo- en la encrucijada turca: por un lado se busca realizar las reformas necesarias que permitan la convergencia con los parámetros políticos y sociales vigentes en la UE, y por otro lado se desea profundizar en la recuperación para el Islam de la sociedad y la vida pública de Turquía. Todo ello bajo la atenta mirada del omnipresente retrato de Atatürk, "padre de los turcos", cuyos ideas aún siguen teniendo un peso muy específico para buena parte de la sociedad turca, especialmente en el ejército. Y es que cuando en Europa se oye hablar de la recuperación del Islam en Turquía se piensa en Irak o en Siria; pero cuando nos referimos a Turquía, tales palabras suponen algo tan simple como que las mujeres de la administración puedan llevar pañuelo en la cabeza si lo desean, por poner un ejemplo. Tal es el legado de Atatürk, cuyas decididas y drásticas reformas tras la I Guerra Mundial sacaron a Turquía del caos del sultanato y le evitaron el desastre que hubiera supuesto la ocupación por las potencias europeas que auspiciaba el Tratado de Sèvres. Para evitar aquello Atatürk pensó que lo mejor era emular a aquellas potencias y mirar hacia Occidente, y eso pasaba por relegar a la religión al papel íntimo y eliminar cualquier vestigio de su presencia en la vida pública. Tales medidas, radicales y forzosamente impuestas para una sociedad que hasta entonces se había regido por el Califato y la Sharia (el propio Atatürk rechazó como absurda la propuesta de convertirse en el nuevo Califa), seguramente fueron necesarias en una época en que la sociedad turca estaba muy influenciada por su más inmediato pasado, una época crucial de transformaciones de tal calado como pocos países en el mundo han vivido... Pero aquel espíritu también ha propiciado -o al menos justificado en boca de sus autores- golpes de estado de los militares cuando estos han visto peligrar el laicismo, o leyes contra la minoría kurda (ahora afortunadamente abolidas)... El propio sistema electoral turco, propugnado por el mismo Atatürk para evitar la llegada al parlamento de separatistas kurdos o de islamistas (exige tener al menos el 10% de los votos para obtener representación parlamentaria, lo que posibilita una mayoría con sólo el 20% de los votos), ha provocado en las últimas décadas escenarios políticos muy complicados, aprovechados -paradojicamente- por los islamistas más exigentes para hacerse con el poder, lo que a su vez ha servido de excusa a los militares. El propio AKP de Erdoğan (Partido Justicia y Desarrollo) es un ejemplo, al gobernar con mayoría absoluta con un 34% de los votos. Las contradicciones propias de la herencia de Atatürk no son, sin embargo, más que un reflejo de la propia Turquía. Quizás el futuro pase por revisar ese legado, abiertamente, sin miedos... algo que sería impensable para Turquía sin el respaldo democrático de la UE, atenta a cualquier movimiento de los militares turcos.

Hoy por hoy la idea de una Turquía en manos de fundamentalistas islámicos, que tanto preocupa a algunos en Europa, es una quimera sin sentido; no sólo por la herencia innegable de Atatürk, sino por la propia esencia heterogénea de los turcos, y su caracter afable y tolerante. El propio Erdoğan tiene que ver mucho más ideológicamente con la democracia cristiana europea, y su victoria en las últimas elecciones turcas (las próximas serán en mayo de 2007) no fue sino un exponente del descontento de la sociedad turca con los partidos políticos tradicionales. A pesar de ello, en Europa aún nos echamos las manos a la cabeza cuando asociamos Turquía con Islam, y nos apresuramos a juzgar -con la ayuda de muchos medios de comunicación poco interesados en informar- a 10.000 excéntricos seguidores del Partido de la Felicidad manifestándose contra la visita del Papa en Estambul (una urbe de 15 millones de habitantes) como si de un reflejo de la sociedad turca se tratase...

Son muchos los prejuicios -e intereses ocultos- que ambas partes deben vencer, pero cada vez está más claro que el futuro de la UE pasa por Turquía, al igual que el de Turquía pasa por la UE. Son sin embargo numerosos los obstáculos en el camino, y numerosos también los movimientos en ambos lados interesados en que tal encuentro no ocurra. Otra vez, Turquía -y Europa- en la encrucijada de caminos. Y como dos enamorados confundidos, ambos se necesitan el uno al otro... Pero ambos temen acercarse.


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sábado, 16 de diciembre de 2006

OPINIÓN

¿QUIÉN NECESITA A QUIÉN?


ETYEN MAHÇUPYAN (publicado en el diario turco "Zaman", traducido del inglés original)







Los países miembros de la UE se pondrán de acuerdo sobre una política conjunta acerca de las conversaciones de adhesión con Turquía el 14 de diciembre. Sin embargo, a pesar del contenido de esa decisión, todo el mundo sabe que no será indicativa de un consenso final y la cuestión del acceso de Turquía seguirá sin resolverse.

Hay tantas oportunidades para evitar el acceso de Turquía a la UE en el futuro que es difícil entender la lógica que hay detrás de la resistencia de la UE, que revela defectos en su política respecto a Chipre. Sin embargo, un cuidadoso análisis de este asunto implica un estudio desde el punto de vista contrario, acerca del futuro de la apuesta de Turquía por la UE. Los países de la UE con turcofobia perderán gradualmente apoyos, y los debates sobre la identidad de la Unión Europea convergirán en una noción de "europeanismo" en los próximos años, cuando los Estados Unidos probablemente elijan un gobernante demócrata después de la administración Bush. Además, la oposición liberal en Israel ganará fuerza y el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Turquía habrá tenido varios años de experiencia bajo su cinturón como responsables del gobierno de Turquía.

Estos sucesos tendrán lugar cuando se vuelva difícil políticamente evitar el acceso de Turquía a la Unión Europea. Este año podría ser la última oportunidad para sabotear la europeización de Turquía y la secularización de Europa. Consecuentemente, ambas partes están afrontando una coalición de grupos escépticos a las ideas democráticas.

La gente que piensa en términos de nación-estado continúa percibiendo el asunto en el sentido del compromiso recíproco. El pensamiento liberal es incapaz de proveer sentido común sobre este tema porque lo que esta forma de pensar ve como solución es dejarlo en manos de instituciones superiores de arbitraje, o iniciar un pacto que ambas partes tengan que aceptar. Desafortunadamente, estos métodos no pueden crear un nuevo mundo. A largo plazo esto lleva a ambas partes a sentir que han perdido, urgiéndolas a centrarse en sus propios intereses. Los supuestos en los que ambas partes ganen son posibles sólo en una atmósfera democrática en tiempos cruciales y de decisiones a largo plazo, porque sólo en una situación como esta ambas partes pueden renunciar a sus posiciones recíprocamente, acercarse con un tercer planteamiento basado en la sinergía y crear una atmósfera de confianza mútua.

El problema es que el pensamiento democrático en ambas partes es aún minoritario. Aceptar a Turquía dentro de Europa es hacer crecer a Europa y, de hecho, democratizar Turquía. La institucionalización de este proceso en un contexto global implica que la democratización sería una transformación sin marcha atrás. Por lo tanto, el reciente debate acerca de quién necesita a quién es la evidencia de la actual superficialidad, porque desde un aspecto geopolítico no sería lógico decir que Occidente necesita a Turquía más que lo que Turquía necesita a Occidente. En el lado contrario, teniendo en cuenta que Europa no es la única representante de Occidente, el papel de la Unión Europea no puede ser evaluado por sí mismo ignorando a los Estados Unidos. Sin embargo, y más importante aún, hay simetría entre los lados sociales y geopolíticos: en términos de estabilizar un sistema democrático, es difícil aseverar que un lado necesita más al otro lado. El problema de la democracia en Turquía implica problemas más urgentes y fundamentales, pero ambas partes gozan de debilidades crónicas y fragilidades en lo que se refiere al futuro. Finalmente, y a menos que se interiorice un sistema democrático, nadie debería experar de un país o de una unión de países que se convierta en un poder geopolítico.
 
Filosóficamente y políticamente, la Unión Europea y Turquía no han necesitado nunca tanto el uno del otro como se necesitan ahora. Y los líderes europeos no ignoran este importante hecho.


Etyen Mahçupyan es un conocido periodista e intelectual turco, y con frecuencia ejerce de columnista en varios periódicos turcos. Cristiano de origen armenio, fue profesor de Ciencia Política en la Universidad de Ankara y es autor de nueve libros. Es también jefe del programa de democratización de TESEV (Fundación para los Estudios Económicos y Sociales de Turquía).


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