Tacan İldem, antiguo representante de Turquía en la OTAN y actualmente responsable del departamento de Seguridad Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores, participó recientemente en un seminario en Barcelona sobre Seguridad y Defensa en la región mediterránea.
El diario español "El Periódico" publicó ayer viernes una entrevista que reproducimos a continuación, en la que el señor İldem deja claro que Turquía mantiene sus tradicionales lazos con Occidente, sin que eso sea razón para impedir que desarrolle una política exterior propia como potencia emergente, lo que incluye relaciones con países de Oriente Medio con los que comparte frontera y problemas comunes.
En Occidente hay la sensación de que Turquía ha dado un giro en su política exterior. ¿Es esto cierto?.
No es cierto. Pero Turquía está en un cruce de regiones, tiene una ubicación geoestratégica peculiar y conoce la realidad de estas regiones. Lo que ocurre es que expresamos nuestros puntos de vista con mayor contundencia. Algunos lo ven como un cambio de orientación de nuestra política exterior, pero no es así. Está orientada a Occidente.
¿La tradicional alianza estratégica con Israel está definitivamente rota o aún tiene arreglo?
Desde el establecimiento del Estado de Israel hemos tenido muy buena relación con ellos. En la vida de las naciones siempre hay momentos difíciles; eso no quiere decir que no tenga arreglo. Pero no creo que ningún país del mundo se quedara de brazos cruzados ante un incidente como el que sufrimos con la flotilla a Gaza en el que murieron nueve ciudadanos turcos inocentes. Turquía pide a Israel una disculpa y compensación a las familias de las víctimas.
Pero la relación ya iba de mal en peor antes de la flotilla. Hubo el incidente de Davos, la humillación de un diplomático turco en Jerusalén...
Sí, la relación se había ido deteriorando. Pero mire también cómo están las relaciones de otros países con el actual Gobierno de Israel.
Pues en Occidente hay mucha gente a la que le preocupa el acercamiento de Turquía a Siria e Irán.
A veces nosotros, los occidentales, sacamos conclusiones demasiado rápido. Lo que ha hecho Turquía, junto a Brasil, con Irán es facilitar que la comunidad internacional lleve por la vía diplomática la cuestión del programa nuclear. La declaración de Teherán del 17 de mayo fue importante porque era la primera vez que Irán aceptaba algo: la salida de 1.200 kilos de uranio poco enriquecido a cambio de 120 kilos de uranio altamente enriquecido.
Perdone, pero Irán ya había aceptado antes un acuerdo similar en una negociación en Ginebra y después dio marcha atrás.
No se concretaron los detalles. A veces no entendemos la dimensión psicológica. El pueblo iraní es muy orgulloso y el programa nuclear es una cuestión muy sensible porque es muy apreciado tanto por el liderazgo del país como por la oposición. Nosotros no votamos a favor de las sanciones para no perder la credibilidad con nuestros interlocutores. No creemos en las sanciones, como tampoco creemos en una solución militar que crearía una inestabilidad en la región de proporciones inmensas. Pero eso no significa que nos pongamos de parte de Irán. Tenemos a Irán en nuestro patio trasero, y no queremos que Irán tenga armas nucleares. Un Irán nuclear sería una amenaza a la seguridad de Turquía.
¿Turquía será algún día miembro de la Unión Europea?
Debería serlo en un plazo realista y aceptable. Si cumplimos los criterios, no se nos deberían imponer otros adicionales. La pertenencia de Turquía a la UE es en interés de Turquía pero también de la UE; si la UE quiere jugar un papel global, Turquía es un valor añadido. Lo que me remite a su primera pregunta. Turquía no ha dado su espalda a Europa ni a Occidente.
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