Ayer martes eran recobrados al fin y tras ocho meses de espera los cuerpos de dos mineros que quedaron atrapados desde que el pasado mes de mayo una explosión de gas grisú en una mina de carbón de la provincia turca de Zonguldak, al oeste del Mar Negro.
Los cadáveres de Dursun Kartal, de 41 años de edad, y Engin Düzcük, de 31, quedaron sepultados bajo los escombros después de que una explosión de metano afectara el 17 de mayo del año pasado a la mina de Karadon, en Zonguldak, un suceso en el que murieron otros 28 mineros conmocionando a toda Turquía y obligando al gobierno a revisar la normativa de seguridad para el sector minero.
Los cuerpos de Dursun y Engin permanecían atrapados en una pozo de la mina de 735 metros de profundidad y lleno de agua, por lo que no pudieron ser rescatados inmediatamente después del accidente; la compañía china responsable de la seguridad de la mina se declaró el año pasado incapaz de recuperarlos, por lo que el gobierno turco le retiró la licencia de explotación e inició un concurso para que otra empresa asumiera la tarea. Finalmente en diciembre otra empresa china comenzó los trabajos de rescate de los dos cadáveres.
Zonguldak, donde se encuentra una de las zonas más ricas en carbón de Turquía, ha sido escenario de numerosos accidentes mineros. Sindicatos y otras organizaciones denuncian el uso de subcontratas que incumplen las normas básicas de seguridad y que las empresas privadas chinas que operan en la zona con contratos del gobierno turco emplean masivamente a trabajadores traídos desde su país, que carecen de la preparación adecuada pero aceptan un salario inferior.
Según datos de la Cámara de Ingenieros de Minas y de la Asociación de Empresas del Carbón de Turquía, 105 mineros fallecieron en 2010 debido a accidentes de trabajo en las minas. Desde 1955, un total de 2.915 personas han muerto y 326.000 han resultado heridas por la misma causa.
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