Los alevíes luchan contra presiones y discriminación en Turquía

ESTAMBUL (Associated Press)-12/01/2007

Es domingo y Bektas Akkaya puntea un banjo eléctrico turco ante unos 200 miembros de su iglesia, sumiéndolos en un estado de trance. Mujeres con velo se dan palmadas en las rodillas, se mecen al ritmo de la música y se secan las lágrimas. Un joven mueve sus brazos enérgicamente y se golpea el pecho mientras su cabeza gira sobre sí misma hasta desplomarse lánguida sobre un costado.

En esta iglesia que pertenece a la minoría religiosa más numerosa de Turquía no hay un imán, ni almuecín ni alminar. Sin embargo, para el aproximadamente 20% de los 71 millones de turcos, esto es el islam.

Son los alevíes, devotos adherentes a una de las ramas chiítas del islam, si bien es muy diferente al islamismo que practican sus vecinos de Irán e Irak. Los alevíes incorporan ritos chamanísticos como el canto y el baile y rechazan costumbres islámicas habituales como la separación de varones y mujeres en las oraciones y la peregrinación a La Meca.

"Sin mujeres, sin baile, si una canción, no se puede tener una ceremonia alevi", señala Cemal Sener, un portavoz de la comunidad aleví en Estambul. Considera que los devotos del alevismo son una especie de "protestantes islámicos" que se centran más en el mensaje y en la intensidad del islam que en sus rituales. Pero eso no es lo que piensan los tradicionalistas musulmanes, que no sólo los consideran herejes y marginados, sino que los han discriminado en Turquía. Dicha situación ha llamado la atención de la Unión Europea, que considera que una de las condiciones para la entrada de Turquía al bloque es el respeto al derecho de las libertades religiosas. Los últimos diálogos entre ambas partes, en noviembre, no mostraron avances en el tema de los alevíes. Los alevíes han denunciado obstáculos para abrir sus centros de devoción o la dificultad para obtener financiación estatal para instalaciones religiosas.

El suplicio de los alevíes no fue abordado específicamente por el papa Benedicto XVI cuando visitó Turquía en noviembre, en un viaje en el que de todos modos pidió mayor tolerancia para las religiones minoritarias. El futuro de esta comunidad será un buen barómetro para observar la intención turca de tolerar la libre práctica religiosa, en momentos en que está resurgiendo con mayor fuerza el conservadurismo islámico.

"Quieren actuar como si los alevíes no existiesen", dijo Sener, autor de más de 20 libros sobre el alevismo. "Nos tildan de pervertidos, de herejes".

Sonmez Kutlu, profesor religioso en la Universidad de Ankara, explicó que gran parte del antagonismo contra los alevíes nace de rivalidades de siglos atrás entre los grupos islámicos, una causa que explica también muchos otros conflictos entre otras ramas del islamismo en la actualidad.

Los adherentes al alevismo, que se concentran en su gran mayoría en Turquía, pese a que también hay en Irán y Turkemenistán, denuncian discriminación en las empresas y en los centros escolares, se quejan de encontrarse con barreras para acceder a pruebas gubernamentales o de ser obligados a tomar cursos del islam suní, la fe que profesa la gran mayoría de este país.

En Turquía, el Diyante -una especie de ministerio que asuntos religiosos- les niega financiación a los alevíes. Los lugares donde esta religión celebra sus ceremonias, las llamadas casas "cem", son vistas como algo ilegítimo y nada islámico. "Un musulmán reza en una mezquita", dijo el presidente del Diyanet, Ali Bardakoglu. Bardakoglu aseguró en una entrevista que los problemas del país con las minorías religiosas estaban siendo exagerados por dichos grupos, a fin de lograr ventajas ante la UE.

Los alevíes, que dicen representar a 20 de los 70 millones de personas en Turquía, no son los únicos grupos que se sienten marginados. También están los sufís, aunque estos últimos cuentan con mayor beneplácito del actual gobierno.

Con frecuencia han sido víctimas de ataques violentos. El peor ataque que han sufrido en la historia moderna se produjo en 1978, cuando murieron 111 de ellos en un episodio que duró una semana, con violaciones, asesinatos y robos. Miles de personas resultaron heridas y cientos de edificios en la ciudad de Kahramanmaras fueron destruidos.

En 1993, un grupo de fundamentalistas incendiaron un hotel en Sivas y mataron a 37 personas, en su mayoría intelectuales alevíes que se reunieron para conmemorar a un poeta del siglo XVI que había desafiado al imperio otomano.

Pir Sultan Abdal, poeta y místico aleví del siglo XVI (enciclopedia wikipedia)

Artículo sobre los alevíes en wikipedia (en inglés)