Sevilla (EFE).- El director alemán de origen turco Fatih Akin reflexiona sobre la relación y diferentes aspectos de la vida entre dos culturas, entre Alemania y Turquía, en "Auf der anderen Seite" ("Al otro lado"), película germano-turca proyectada hoy en la Sección Oficial a concurso del Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Esta coproducción de Corazón Internacional (Alemania) y Anka Film (Turquía), Premio al mejor guión en el pasado Festival de Cannes, muestra además, a partir de las vidas, coincidencias y encuentros de sus personajes, la inmigración en Europa y ha sido presentada hoy por el actor Baki Davrak, también alemán de origen turco como Fatih Akin y como Nejat, el personaje principal al que interpreta.
Con dirección y guión de Akin, que logró el Oso de Oro del Festival de Berlín con "Contra la pared" (2003), en la película se cruzan las frágiles vidas de seis personas durante sus viajes emocionales hacia el perdón y la reconciliación en Alemania y Turquía, a partir de sus encuentros, relaciones e incluso muertes.
Davrak interpreta a Nejat, joven que no ve bien la relación de su padre con la prostituta Yeter hasta descubrir que ella manda dinero a Turquía para pagar los estudios de su hija Ayten, una activista política a la que Nejat, al morir Yeter, busca en Estambul sin saber que aquella ha viajado a Alemania, de donde es deportada y luego encarcelada en su país, lo que lleva a su amiga alemana Lotte a ir a Turquía para liberarla.El protagonista de "Al otro lado", también escritor y que ha trabajado con directores como Harald Bergmann o Thomas Arslan, ha dicho que por su origen este papel fue "un regalo y una oportunidad maravillosa", y que le fue fácil meterse en un personaje con el que tiene muchas similitudes al estar ambos "entre dos civilizaciones".
Tras calificar de "experiencia maravillosa" el contraste de rodar en Alemania y Turquía, ha afirmado que en la cinta subyace también el tema de la inmigración en Europa, pero que la actual situación es muy diferente a la de cuando sus padres emigraron a Alemania, en la misma época en la que muchos españoles también tuvieron que hacerlo, ha recordado el director del festival sevillano, Manuel Grosso.
"Actualmente hay zonas muy pobres y otras muy ricas, un gran contraste, y la inmigración es como una ley biológica y la necesidad que tienen las personas de comer les obliga a desplazarse a buscar su sustento a un lugar donde hay la estructura necesaria para poder ganarse la vida", ha resaltado Baki Davrak.
También ha aludido a las expectativas e ilusiones que tiene la persona que emigra y a la realidad que se encuentra "cuando llega y ve qué es lo que tiene que hacer" para vivir, y "cómo tiene que prescindir de su pasado, renunciar a su infancia y a su vida, y esto hace que la situación sea bastante difícil y compleja".
El actor ha añadido que Akin, en su quinto largometraje, también plantea la cuestión de si Turquía debe entrar o no en la UE, pero de manera aséptica y sin querer "tomar parte", pues "intencionadamente lo deja como algo totalmente abierto" porque la película quiere "contar una historia" y no tiene un "mensaje subyacente" sobre ello.Tras la reivindicación personal hecha por Grosso de que Turquía debe estar en la UE al ser "parte esencial de Europa" y afirmar que "si Europa no lo ve es que está ciega", Davrak ha opinado que su ingreso o no puede ser "secundario" y "no es tan importante, sino que lo que realmente importa es que las distintas culturas estén y trabajen juntas, se entiendan y luchen por la libertad juntas".
Además, ha considerado que Akin refleja en "Al otro lado" una "crítica clara al mundo occidental y al consumismo, pero también en la otra dirección, pues critica además cómo son las cosas en Turquía y en la civilización turca, y expresa que las cosas allí tampoco van bien, y no dice que un modo de vida sea mejor que el otro".
"Al otro lado" no tiene "nada que ver" con "Contra la pared", según el director del festival de Sevilla, que ha destacado su "gran contenido humano" y el papel que juegan "la familia, los padres, los sentimientos" en una obra "muy serena y emocionalmente muy intensa", con el final "más bonito del cine europeo de 2007, uno de los más hermosos, abiertos y sentimentales que se haya rodado jamás".
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