Un centro de tratamiento para animales en Bursa, que acoge unos 150 gatos, se ha convertido en referente para toda Europa.
BURSA (TURQUÍA)
La devoción de los turcos por los gatos es casi legendaria. Pero en el distrito de Osmangazi, situado en la localidad noroccidental de Bursa, el amor por los mininos va más allá. El Centro de Tratamiento y Adaptación para Mascotas Abandonadas de Osmangazi proporciona refugio y cuidados médicos a alrededor de 150 gatos. El centro acoge gatos que han sido abandonados por sus dueños, pero también los habituales gatos callejeros. Los veterinarios que trabajan en el centro vigilan su salud y se aseguran de librar a los gatos de enfermedades o parásitos, y tras pasar por un informe médico que les dé el visto bueno, los felinos son entregados a los ciudadanos que acuden al centro dispuestos a adoptarlos, o son de nuevo puestos en libertad.
El alcalde del distrito de Osmangazi, Recep Altepe, señala que aunque los gatos callejeros son parte de la vida cotidiana de la ciudad, la seguridad de los ciudadanos es muy importante y por tanto los animales, como potenciales portadores y transmisores de enfermedades, deben ser controlados y tratados cuando sea necesario. El centro de tratamiento fue construido en 114.000 metros cuadrados de terreno en su mayoría boscoso, y además de gatos atiende también a perros, caballos, mulos y pájaros heridos.
Altepe hace énfasis en que este centro tiene en cuenta las necesidades de los animales. Tal es así, que varias asociaciones de protección animal europeas han calificado el centro de tratamiento de mascotas de Osmangazi como un modelo para toda Europa. "Todas las ciudades deberían tener centros de protección de animales como el nuestro. Estamos orgullosos de acoger uno de ellos aquí, en Osmangazi" señala orgullo el alcalde, mientras acaricia uno de los gatos.
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