Tras la histórica ceremonia celebrada el pasado 15 de agosto en el antiguo monasterio bizantino de Sümela, en la localidad de Trabzon, el máximo responsable de la Administración de Asuntos Religiosos de Turquía ha mostrado su apoyo a que la antiquísima Iglesia de San Pablo en Tarso (Mersin) -actualmente un museo- sea reabierta a la oración para los cristianos.
"Nos preocupamos cuando nos enteramos de que se habían prohibido los minaretes en Europa. Deberíamos proteger la libertad religiosa para las diferentes religiones en nuestra propia tierra... Encuentro más correcto que la Iglesia de San Pablo en Tarso funcione como una iglesia que su actual función como museo. Los cristianos (en Turquía) tienen demandas similares", declaró Ali Bardakoğlu, máximo responsable de los asuntos religiosos, que en Turquía están controlados por el Estado según marca la constitución laica del país.
"Si un lugar es sagrado para los cristianos y quieren celebrar allí sus ceremonias religiosas, entonces no puede haber ningún motivo para prohibir esto", agregó Bardakoğlu durante unas declaraciones, en las que afirmó que más de una vez le había costado explicar durante sus viajes a Europa por qué la Iglesia de San Pablo había sido transformada en un museo.
El máximo responsable de los asuntos religiosos en Turquía se mostró además muy satisfecho por la celebración de la ceremonia cristiana en Sümela a mediados de agosto, un evento que tuvo lugar por primera vez en 88 años, y destacó su importancia para enfatizar la libertad religiosa en Turquía al tiempo que subrayó que este tipo de eventos no deberían despertar ningún tipo de preocupación entre la sociedad.
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