La Comisión de Exteriores de la cámara baja del parlamento español rechazó ayer una moción presentada por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) que pedía el reconocimiento oficial del conocido como "genocidio armenio", supuestamente cometido por el antiguo Imperio Otomano durante la I Guerra Mundial.
La moción fue rechazada con los votos en contra del PSOE, el Partido Popular, Convergència i Unió (CiU) y Unión del Pueblo Navarro (UPN), y sólo contó con la aprobación de la formación independentista catalana ERC (autora de la propuesta) y del Partido Nacionalista Vasco (PNV).
La moción presentada por los independentistas catalanes, además de pedir el reconocimiento del genocidio armenio y su consideración como "crimen contra la humanidad", instaba al gobierno español a pedir a Turquía que reconociera la existencia de ese genocidio como "un gesto de concordia con Armenia y de buena voluntad en las relaciones regionales", así como un llamamiento a la Unión Europea para que interviniera en el proceso.
Esta es la primera ocasión en la que el controvertido debate político sobre la existencia o no del llamado "genocidio armenio" llega hasta el Congreso de España. Armenia sostiene que un millón y medio de armenios murieron en una campaña de exterminio masivo entre 1915 y 1917, durante los años finales del moribundo Imperio Otomano en plena guerra mundial, en lo que califica como el primer genocidio de la historia.
Turquía por contra niega esta versión y reconoce la muerte de varios cientos de miles de armenios, pero la atribuye a las duras circunstancias y el caos de aquellos años finales del dominio otomano en plena guerra, negando cualquier plan premeditado de exterminio; además recuerda que un número similar o superior de turcos y musulmanes murieron en esos mismos años a manos de las potencias europeas, o en una serie de luchas étnicas instigadas por los nacionalistas armenios, que se sublevaron en el Este de Anatolia apoyados por Rusia con el objetivo de crear lo que llamaban "la Gran Armenia". El gobierno turco critica también el hecho de que Armenia haya rechazado sistemáticamente la creación de una comisión histórica internacional que analice de forma científica e imparcial todas las pruebas sobre aquellos sucesos, y cuestiona las motivaciones armenias al mantener un debate que debería ser histórico circunscrito al ámbito político.
ERC criticó el rechazo de la moción tras la votación en el Congreso; sin embargo la portavoz del PSOE, Isabel Pozuelo, defendió la postura de su partido diciendo que "los problemas que tiene hoy Armenia son otros", y no el reconocimiento o no por parte de España de unos hechos supuestamente acontecidos hace un siglo. En similares términos se expresó Francisco Ricomá, del Partido Popular, quien dijo que un reconocimiento de la existencia del genocidio armenio supone entrar "en el terreno de la revisión histórica", una cuestión que no atañe al Congreso.
La portavoz del partido socialista agregó que consideraba mucho más importante que Armenia acometa de una vez las reformas políticas necesarias que le pide la Unión Europea, o que solucione el largo conflicto que mantiene en la región desde que invadiera en los años 90 el enclave azerbayano de Nagorno-Karabaj, tras una sangrienta guerra en la que hubo acusaciones de genocidio.
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