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viernes, 18 de mayo de 2007

OPINIÓN

NO ES FÁCIL SER UN TURCO

ELIF ŞAFAK (artículo publicado el 12 de mayo de 2007 en el diario Turkish Daily News, traducido del inglés original)

Puede gustarnos o no gustarnos el AKP, pero no podemos llamarlo "Islamista" o "fundamentalista". Han sido de mente más abierta y pro-occidentales que muchos de sus oponentes.

Un conocido proverbio atribuido a los antiguos chinos dice: "Ojalá que puedas vivir tiempos interesantes". Los turcos estamos probando este proverbio durante estos días, porque estamos viviendo unos tiempos muy interesantes. Cada día, cada hora que pasa, algo extraordinario ocurre en este país. ¿Es una maldición o una bendición vivir en tiempos interesantes? Es un poco de ambas cosas. Ciertamente resulta agotador. No es fácil ser un turco. Los medios de comunicación occidentales siguen los acontecimientos en Turquía muy de cerca, pero algunas veces no consiguen comprender las cosas por completo. La reciente situación en Turquía ha sido cubierta por algunos periodistas occidentales como una lucha entre "secularistas" e "Islamistas". No es tan simple como eso. Cuando analizamos la política turca, las palabras pueden ser engañosas y los conceptos necesitan ser redefinidos.

El AKP no es Islamista:

Para empezar, el partido en el poder, el AKP, no puede ser llamado "Islamista". Puede gustarnos o no gustarnos el AKP, pero no podemos llamarlo "fundamentalista". Durante su gobierno han dado más pasos que cualquier otro partido en favor de la adhesión de Turquía a la UE. Han sido de mente más abierta que el partido Social Demócrata a la hora de iniciar muchas necesarias reformas. En resumen, son más pro-occidentales que muchos de sus oponentes. En segundo lugar, no todos los "secularistas" turcos son demócratas. Algunos apoyan abiertamente un golpe de estado militar y animan al ejército a intervenir. Además, parte de la oposición actual procede de sectores nacionalistas y anti-occidentales de la sociedad. Todo esto hace de Turquía un país en el que las etiquetas se vuelven bastante confusas y el partido "Islamista" en el poder parece más progresista que los "social demócratas" de la oposición. Para hacer el asunto aún más enredado, el ejército es un importante actor político en este país. La política turca es complicada. Para entender mejor la dinámica de este país es esencial abandonar los clichés políticos y las generalizaciones fáciles, y comenzar a centrarse en los matices. La tensión política existente se ha incrementado con la nominación de Abdullah Gül para la presidencia. El puesto de Presidene es en buena medida ceremonial, pero el Presidente posee el derecho a vetar la legislación. Además, el puesto de Presidente es recordado como "la casa de Atatürk" y como tal conlleva un amplio valor simbólico para toda la nación. Representa la modernización, la occidentalización y el secularismo. Tan pronto como Gül fue nominado para este puesto los principales activistas y líderes políticos del país comenzaron a cuestionar sus credenciales. ¿Resulta adecuado para el puesto?

Gül es un liberal auténtico:

Gül ha servido como Ministro de Asuntos Exteriores de Turquía y goza de popularidad entre muchos sectores de la sociedad. Es amable, pausado y amigable. Tiene buenas relaciones con los intelectuales críticos de Turquía. Ha apoyado la libertad de expresión y criticado abiertamente el Artículo 301, tomando pasos para cambiarlo incluso cuando algunos otros políticos de su partido rehusaban hacerlo. Pocas personas tienen objeciones acerca de Gül como persona. Pero hay un problema importante. Su esposa lleva el pañuelo musulmán, y el pañuelo está prohibido para las instituciones públicas en Turquía. En un país donde los símbolos juegan un importante papel esto tiene enormes implicaciones políticas. Ahora la nominación de Gül aumenta las preocupaciones sobre el secularismo de Turquía. Hay mucho miedo en el aire. Miedo de que una mujer con el pañuelo islámico será la Primera Dama de Turquía. Miedo de que el secularismo sea socavado. Esta es sólo una parte de la historia. La otra parte de la historia es el ejército. Los militares turcos han jugado siempre un papel crucial en la política turca, algunas veces detrás del escenario, pero a menudo abiertamente. El viernes por la noche el ejército envió una advertencia a través de su página web. El comunicado tenía un tono duro y ha sido interpretado como un mini e-golpe adecuado a la era de internet. A continuación de la advertencia del ejército, más de setecientas mil personas marcharon en Istanbul cantando eslóganes contra el gobierno. "Los caminos al palacio presidencial estan cerrados a los imanes", decía uno de los carteles que se portaban. "No queremos ver una Primera Dama cubierta", decía otro. Similares demostraciones siguieron en otras ciudades. Sin embargo, por encima de todo las multitudes reunidas eran un ecléctico conjunto de diferentes, sino conflictivos, grupos y voces. Una de las características de los mítines fue la predominancia de manifestantes femeninas. Las mujeres de Turquía se están haciendo cada vez más y más activas en política, aunque en el parlamento su número sigue siendo pequeño. Esta es una disputa sobre las mujeres y entre mujeres. Los cuerpos e imágenes de las mujeres son los lugares en los que las grandes batallas ideológicas toman forma. La gran pregunta es: ¿respetarán las mujeres descubiertas y cubiertas el respeto de las otras a existir?

¿Quién representa a la nación?:
Este es un país donde los procesos de modernización y occidentalización, al igual que las transformaciones sociales más fundamentales, han estado provocadas y puestas en práctica por una élite política y cultural. ¿Quién representa a la nación? ¿La élite? ¿El ejército? ¿Los políticos? ¿Los conservadores? Cada grupo piensa que es él quien representa a la nación, sin darse cuenta de que la nación somos todos. Resulta interesante que los anti-occidentales más intransigentes en Turquía y los anti-turcos más intransigentes en Europa tienen algo en común. Ambos grupos piensan que el Islam y la democracia occidental son incompatibles. Ambos grupos se oponen a la pertenencia de Turquía a la UE. Los anti-occidentales en Turquía y los turcofóbicos en Europa comparten un terreno común. Ambos son xenófobos. Ahora la votación para la presidencia ha sido cancelada y la nación entera está preparándose para elecciones anticipadas, que es la única salida para este punto muerto. Al igual que ocurre en otros muchos países, hay un enfrentamiento de opiniones en Turquía. La mayoría del pueblo turco está en contra tanto del fundamentalismo islámico como de otra intervención militar. El único modo de solucionar los problemas en democracia, es más democracia. En los días que están por venir necesitamos más diálogo y entendimiento entre las fuerzas democráticas de Turquía y las fuerzas democráticas de Europa. Este es un período de transición. Estamos aprendiendo a tratar con el pluralismo. Podría llevar tiempo aprender. Pero una cosa está clara. Turquía es demasiado dinámica, demasiado compleja y significante para el mundo occidental como para echarse a perder. Si los puentes entre Turquía y la Unión Europea son demolidos, el hueco que quede traerá consecuencias negativas no sólo para los demócratas en Turquía, sino también para la Europa multicultural.

Elif Şafak es una conocida escritora, hija de una diplomática turca. Ha publicado novelas en inglés, francés y turco. Pasó su adolescencia en España y Jordania. Es graduada en relaciones internacionales de Oriente Medio por la universidad de Ankara y doctorada en Filosofía por la misma universidad. Escribe para varios periódicos y revistas de Europa, Estados Unidos y Turquía.

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